Febrero 2002: Uva, región o papel: ¿gana papel?

Celulosa Itata enfrentará nuevas batallas para instalarse en Ñuble

Tras la aprobación del complejo industrial maderero por la CONAMA, luego de haber sido rechazado por la COREMA, la dirección regional de ésta propondrá en febrero las medidas de mitigación que la empresa debe aplicar.

En tanto, un recurso interpuesto por la Municipalidad de Portezuelo dio sus frutos: la Corte de Apelaciones de Santiago ordenó ampliar el estudio de impacto ambiental. Se basó en que dos personas que aprobaron el proyecto estaban inhabilitados para votar.


Tras meses de silencio negociador, durante el primer semestre de este año debe conocerse el resultado de las largas conversaciones sostenidas entre la empresa Celulosa Arauco y Constitución S. A. y la Dirección Regional de la Comisión Nacional de Medio Ambiente, respecto a las medidas de mitigación que la firma debe aplicar tras la aprobación de su proyecto Complejo Forestal Industrial Itata. Entre cuatro o más paredes de la sede de la CONAMA en la Región del Bío Bío y tras el intercambio de información entre ambas entidades, se ha logrado definir las exigencias para que se desarrolle el ya aprobado proyecto en Ranquil, comuna de la Provincia de Ñuble, en la cuenca del río Itata.

Es una decisión ya tomada por la CONAMA, ente liderado por el presidente de la república, Ricardo Lagos, quien el año pasado señaló que solucionables efectos en el medio ambiente no impedirán la ejecución del proyecto que daría empleo e inversión a la zona. Apoyo que se hizo definitivo en noviembre de 2000 cuando el Estudio de Impacto Ambiental fue aprobado, a pesar de que la Comisión Regional del Medio Ambiente lo rechazó en enero de 2000. Ni el regionalismo, ni la descentralización de poder ni las pruebas económicas, culturales y ecológicas fueron la suficientemente fuertes para detener la iniciativa. Tampoco el rechazo de agricultores de cinco comunas de la provincia.

Sin embargo, desde Santiago vino la esperanza para los opositores, pues cuando la organización y la pelea se agotaban, a fines de enero de 2002 se informó que la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó el complejo industrial, lo que fue calificado de extraordinario por quienes interpusieron el recurso contra la empresa.

Celulosa rodeada de uvas

El proyecto es un complejo industrial que operaría en 120 hectáreas de terreno en Nueva Aldea, con recursos forestales de pino radiata y eucalipto. Se dividirá en una planta de trozado de rollizos que entregará sus troncos a un aserradero para la producción de madera decorativa y muebles. La otra sección será una planta de celulosa. El complejo significa una inversión de 700 mil millones de pesos.

En las siete comunas que rodean la futura ubicación del complejo industrial viven 250 mil personas. El 70% está en Chillán. Salvo en esta comuna, en las otras seis las tasas de pobreza superan el promedio regional, especialmente en Ranquil. Según un informe sobre el índice de desarrollo publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo siete de las 20 comunas más pobres del país están en la Región del Bío Bío. Dos de ellas son Trehuaco y Portezuelo, vecinas de Ranquil.

En la cuenca del río Itata viven 60 mil agricultores, el 85% de los cuales trabaja en el sector vitivinícola. De esa cantidad, el 80% son pequeños propietarios. El uso actual del suelo del sector donde se instalará el complejo es de un 35% para agricultura y el 32% para plantaciones silvícolas. Además, cuando la COREMA rechazó el proyecto informó que el lugar tiene potencialidades turísticas y agropecuarias, pero en ningún caso forestales. Y si esto fuera poco, el propio Estado dio una serie de subvensiones y créditos a los pequeños propietarios del área para mejorar su producción y calidad en vinos, lo que hoy parece desconocido y desechado con la instalación de este complejo forestal. El mismo día que comience la construcción de la planta se acabará la calificación de "denominación de origen" que hoy poseen los vinos del Valle del Itata, calificación que le da un alto estatus en los mercados mundiales.

Generalmente, las empresas forestales y, específicamente las celulosas, poseen una imagen de contaminadoras y destructoras del ambiente. Imagen que no ha cambiado y que confirma una síntesis de los efectos que tendrá en el valle la instalación de la forestal. La dirección regional de la CONAMA explicó que entre los efectos medioambientales negativos se encuentra la disminución en el empleo de mano de obra en áreas aledañas debido a la reducción de los terrenos de uso vitivinícola. Esta disminución será de un 80% en Bulnes, Quillón, Ranquil, Portezuelo, Trehuaco y Chillán Viejo. Además de contaminación a niveles medios y bajos, entre los que destacan la alteración de la distribución y abundancia de especies con problemas de conservación, los eventuales efectos adversos por asimilación de sustancias potencialmente tóxicas, como ácidos resínicos, y alteración de la calidad del aire durante la operación de la planta.

Decir A puede llegar a ser B

La empresa propuso una serie de medidas de mitigación las que fueron rechazadas por la COREMA, que a la vez rechazó el proyecto. De ahí que esta negociación no ha sido ni será nada fácil, porque la CONAMA aprobó el proyecto, pero es la dirección regional de la CONAMA la que está definiendo nuevas medidas de mitigación que de por sí rechaza y considera insuficientes, sino no las habría reprobado en su momento. Sin embargo, es de suponer que la dirección regional está realizando más exigencias que las iniciales.

El problema es que ya una vez el servicio regional tomó una decisión que en Santiago fue modificada, por lo que no sería nada de extrañar que otra vez la dirección regional haga exigencias medioambientales que posteriormente la CONAMA o el intendente regional no hagan obligatorias a la empresa. La experiencia también enseña. Sin considerar que los integrantes de la dirección regional se sientan presionados por su dirección nacional al momento de definir estas medidas.

Sonia Acevedo, especialista de la dirección regional de CONAMA, quien está dirigiendo las conversaciones con la empresa y que deberá presentar el resumen de medidas de mitigación en febrero, dijo que tras su presentación será la autoridad regional y/o la CONAMA las que finalmente negociarán con la forestal su aplicación. Es decir, es probable que la historia se repita. Por un lado está la posibilidad de que la empresa decida hacer una serie de nuevas inversiones para acatar lo propuesto por la dirección regional o el gobierno nuevamente diga que efectos ambientales solucionables no detendrán el progreso económico del país.

Mientras se preparaban las negociaciones, la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó el proyecto porque el proceso de aprobación presenta 12 irregularidades. Dos de las más importantes son que Jaime Dinamarca, conocido dirigente regional de la UDI, y Claudio Zaror estaban inhabilitados para votar en el Consejo Consultivo de Ministros de la Conama, puesto que el primero evaluó el proyecto como miembro de la Corema, y el segundo ¡elaboró el estudio de impacto ambiental del mismo!

Con esta situación, ¿qué sucede? Para el director regional de la CONAMA, Bolívar Ruiz, esto significa volver al momento del rechazo del proyecto por parte de la CONAMA de la Región del Bío Bío, pues ésta se basó en la falta de medidas de mitigación, fundamentalmente, y la Corte de Apelaciones capitalina señala que se requiere ampliar el estudio de impacto ambiental respecto de sus efectos en el mar y en los bosques cercanos.

Tú mitigas, nosotros mitigamos...

Las inversiones para mitigar no serían pocas. Los medidas se dividen en tres áreas, explicó Acevedo. La primera trata de materias de educación y capacitación, la segunda acerca de cultura y recreación, y la tercera es de fomento a la producción. Las medidas de las dos primeras áreas están listas en un 90%, mientras que las de la última ya están terminadas. De ésta se puede nombrar la exigencia de dar derechos de riego para cultivo a agricultores de Ranquil y aprovechar las cepas en una plantación de 100 hectáreas para generar semillas finas. Es decir, fomentar la producción vitivinícola y agrícola en general, que, según la dirección regional, van a ser negativamente afectadas con la instalación y puesta en marcha del complejo. ¿Contradictorio?

Otras medidas de mitigación son facilitar y apoyar el seguimiento técnico para asegurar la reconversión productiva de la agricultura del área y fortalecer el desarrollo del ferrocarril para mitigar posibles impactos viales. Respecto al fortalecimiento educativo y cultural se plantea la creación de una corporación de desarrollo de la zona, que se haga cargo de medidas tales como la preservación y fortalecimiento de las tradiciones y el folclore locales, las actividades artesanales, la potencialidad turística, la inserción laboral de los jóvenes, el mejoramiento del entorno y de la calidad de vida de la población; y la creación de una base de infraestructura recreativa y deportiva para la juventud.

Estas medidas son para contrarrestar los efectos medioambientales de carácter económico, social, educacional, etcétera, pero no están referidas a la contaminación de las aguas, el aire y el suelo. De esas aún no se habla, aunque muchas ya están establecidas en los documentos que se intercambiaron entre la CONAMA y la empresa en el proceso de aprobación del Estudio de Impacto Ambiental. Aunque en esta deficiencia también se basó la Corte de Apelaciones para rechazar judicialmente el proyecto.

Las exigencias que ahora se negociarán y el fallo de la corte se contradicen con una de las opiniones de CONAMA, dada en la aprobación final del proyecto, que señala que "el Estudio de Impacto Ambiental identificó como único posible efecto adverso sobre la actividad vitivinícola el generado con ocasión de las emisiones gaseosas producidas por la operación del Complejo Forestal e Industrial Itata. En concordancia con ello, el Informe Técnico Final concluyó que al no producirse impactos en la calidad del aire no se producirían tampoco en la producción vitivinícola. De esta forma, tomando en cuenta la información relativa a emisiones líquidas, sólidas y gaseosas, los sistemas de tratamiento, medidas de mitigación y los planes de vigilancia y control respectivos señalados, el proyecto no generará efectos ambientales que impliquen daños a la actividad agrícola, vitícola u hortofrutícola". Por un lado, es una opinión distinta a la dada por la dirección regional. Aún así, para qué son las medidas de mitigación en esta área, si no hay nada que mitigar.

Tarea para la casa

Cuando CONAMA aprobó el proyecto, el tema comunicacional no estuvo ausente. En el documento señalado indica que "la gestión del proyecto en materia comunicacional y de involucramiento comunitario, por parte del titular, ha sido claramente inadecuada, generando una percepción negativa en la comunidad local respecto de los impactos socioeconómicos, socioculturales y ambientales, lo que ha generado una enorme tensión en la zona. Se considera un imperativo revertir esta situación. Si el Consejo de Ministros acoge el reclamo interpuesto por el titular -lo que hace líneas más adelante- recomienda con especial énfasis la necesidad de implementar una política corporativa de buena vecindad y acercamiento con la comunidad, que dé cuenta del marco legal que la Ley 19.300 contempla en relación a los impactos de los proyectos sobre las comunidades aledañas".

Es decir, ya no sólo está aprobando el proyecto, sino también le aconseja a la gran empresa que debe tener un política comunicacional positiva para no tener más problemas en el proceso. O también considera que los efectos negativos pueden resolverse con sólo decir lo buena que es la inversión.

Aún resuenan las ahora lejanas palabras de Moisés Ramírez, pequeño agricultor y presidente del Comité de Defensa del Itata, quien se lamentó a fines del año pasado diciendo que "la empresa está equivocada en querer instalar la planta allí. Su objetivo es forestar todo el valle con árboles para la celulosa. De esta manera, los actuales campesinos tendrán que emigra a la ciudades y engrosar las poblaciones callampas y las altas cifras de cesantía".

En tanto, la empresa tiene una gran capacidad para prever el futuro. Aún antes de conocer las medidas finales de mitigación, sus directivos han señalado que por razones de mercado e inversión la empresa comenzará a ser construida a fines de 2004 o a principios de 2005. Ojalá que de aquí a esas fechas alcancen a cumplir las medidas de mitigación... las que sean.

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