Octubre 2000: Celulosa envenena la política en el Valle del Itata

 Las “otras” elecciones municipales.

Al gobierno le quema las manos el proyecto para instalar un complejo industrial de celulosa en el valle del río Itata, en la Región del Bío Bío. El proyecto es rechazado por la comunidad de cinco comunas que sería afectada. Además la Comisión Regional del Medio Ambiente (Corema) desaprobó el estudio de impacto ambiental del proyecto.

Sin embargo, como otras acciones que se suponía este gobierno desecharía por contrarias a los intereses regionales y de la comunidad -como la privatización de Essbío- algunos temen que el presidente Lagos decida otra cosa. Es él quien determina finalmente. No sólo porque es presidente de la República sino también porque preside la Conama.

Hasta la Conama apeló la Celulosa Arauco y Constitución S.A., dueña del proyecto. El temor de la comunidad se basa en que tras la apelación de la empresa a Conama, Lagos dijo que no se detendría el desarrollo del proyecto por razones ambientalistas superables. El organismo ambiental pidió otra opinión a un grupo de especialistas de la Universidad Católica, lo cual ocurre por primera vez desde que la Corema Bío-Bío existe.

La Conama resolvió tomar una decisión después de las elecciones municipales. Este es otro síntoma negativo para los medianos y pequeños agricultores del Itata, quienes con fuerza se han opuesto al proyecto.

El Complejo Forestal Industrial Itata, del Grupo Angelini, pretende instalarse en Nueva Aldea, comuna de Ranquil, provincia de Nuble (30 kilómetros al oeste de Chillán). Consiste en un complejo industrial que operará en 120 hectáreas de terreno, de recursos forestales de pino radiata y eucaliptus. Estaría conformado por una planta de trozado de rollizos que entregará su producción a un aserradero para la producción de madera decorativa y muebles, y una planta de celulosa. La inversión es de unos 700 mil millones de pesos.

En Chile existen dos grandes grupos de la celulosa: Arauco y CMPC. La primera tiene dos plantas en la zona de Arauco, además de Celulosa Constitución y otras tres plantas. CMPC posee las forestales Santa Fe, Laja y Pacífico, entre otras.

En las siete comunas alrededor de la futura planta viven 250 mil personas. El 70% está en Chillan. Salvo en esta comuna, en las otras seis las tasas de pobreza superan el promedio regional, especialmente en Ranquil. Según un informe sobre el índice de desarrollo publicado en agosto por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, siete de las veinte comunas más pobres del país están en la Región del Bío Bío. Dos de ellas son Trehuaco y Portezuelo, vecinas de Ranquil.

En la cuenca del Itata viven más de 60 mil agricultores y el 85% trabaja en el sector vitivinícola. De éstos, más del 80% son pequeños propietarios.

El uso actual del suelo cercano al lugar de la instalación de la planta de celulosa es de un 35% de agricultura y 32% de plantaciones silvícolas. No existe actividad manufacturera forestal de papel y pulpa en las siete comunas. Sólo hay aserraderos, cuya importancia es mínima respecto a otras actividades. El área destaca por su actividad vitivinícola. Existe una zona con denominación de origen, que ha visto potenciado su vino con el cultivo de cepas finas que emprendió Fundación Chile en el fundo Valenunque, el mismo lugar donde se pretende instalar la planta de celulosa. (La "denominación de origen" es un sello que garantiza la calidad del producto y es exigido por la Comunidad Económica Europea y Estados Unidos para los vinos que ingresan a sus mercados. Esta garantía de calidad se perdería si se instala la celulosa).

También es importante ¿'1 cultivo de frutales, principalmente para familias de bajos ingresos que han recibido subsidios estatales para sus plantaciones.

Según el análisis de Corema, el área tiene potencial agropecuario y turístico pero en ningún caso forestal. Al resumir los innumerables efectos negativos para el ambiente y la actividad humana que produciría la instalación de la celulosa se menciona:

disminución en el nivel de empleo de áreas aledañas debido a la reducción en un 80% de los terrenos de uso vitivinícola en Bulnes, Quillón, Ranquil, Portezuelo, Trehuaco y Chillan Viejo;

contaminación a niveles medios y bajos, siendo los más importantes la alteración de la distribución y abundancia de especies con problemas de conservación, eventuales efectos adversos por asimilación de sustancias potencialmente tóxicas, como ácidos resínicos y alteración de la calidad del aire durante la operación de la planta.

Frente a estos problemas de contaminación, la empresa presentó medidas de mitigación. Sin embargo, Corema contestó en forma negativa, rechazando el proyecto.

Una observación es respecto al riesgo para la salud de la población, debido a la cantidad y calidad de efluentes, emisiones y residuos. El sistema de tratamiento presentado por la empresa resulta insuficiente, lo que es especialmente grave ya que la descarga de contaminantes se realizaría aguas arriba de la captación para consumo humano en el río Itata. El sistema tampoco lograría quemar el aserrín impregnado de fungicidas peligrosos para la salud; lo mismo que el polvo de madera mezclado con adhesivo, restos de pintura y lodos con cloro.

En el ámbito de las comunidades humanas, el informe dice que generará alteraciones significativas en los sistemas de vida y costumbres, al insertar una actividad económica diferente, impactando en sus tradiciones, formas culturales y ritmos de vida. La empresa no propone ninguna compensación para las actividades económicas que serán afectadas, incluidos los efectos en el paisaje y turismo.

La empresa sólo aceptó hacerse cargo del impacto en los sitios arqueológicos.

Hay estudios que indican que la planta Itata tendría una producción similar a las tres que funcionan a orillas del Bío-Bío. Sin embargo, el caudal de ese río es ocho veces más grande que el del Itata, por lo que el nivel de concentración de los contaminantes sería mayor. Ha habido años secos en que el Itata no alcanza a llegar al mar.

Las observaciones presentadas a Corema fueron entregadas por particulares, por las municipalidades y algunas organizaciones menores de agricultores. Ya en pleno proceso de decisión se formó un Comité de Defensa del Itata para dar a conocer la situación del valle y de sus habitantes y la oposición al proyecto.

El ingeniero civil mecánico y campesino del valle del Itata, Moisés Ramírez, es presidente del comité y encabeza las movilizaciones, protestas y gestiones para evitar la aprobación del proyecto.

El presidente Lagos dijo que podía ser aprobado el proyecto si mejoraba la tecnología de la celulosa.

"Lo lamentamos mucho porque él es un hombre importante y opina mientras el proyecto está en una etapa de análisis técnico. Lagos da una señal política hacia el consejo de ministros de la Conama. Es una situación desagradable. Pero no basta con que el señor Lagos diga eso para pasar por encima del planteamiento de los agricultores.

Hemos formado un frente político de rechazo al proyecto que se va a concretar en

la presentación de cinco candidatos en las elecciones municipales en la provincia de Nuble. Todos apadrinados por... la Alianza por Chile. La idea es desbancar a la Concertación en aquellas comunas donde no se ha recibido el respaldo que nosotros esperábamos. Si quieren aprobar la planta de celulosa, que lo hagan. Pero nosotros nos tomaremos el poder municipal y nos alinearemos en contra de la planta".

Moisés Ramírez dice que ningún alcalde de la zona los ha apoyado y que, más encima, el jefe comunal de Ranquil (DC) está de acuerdo con el proyecto. Todos los alcaldes son de la Concertación. Sin embargo, a través de la prensa ha dado su opinión

contraria al proyecto el alcalde de Coelemu.

¿Por qué buscar el apoyo de la derecha ?

"Primero intentamos contactamos con los diputados, senadores y alcaldes concertacionistas de nuestra zona: José Viera Gallo, Hosain Sabag, Iván Mesías y Felipe Letelier, parlamentarios de la Concertación. Nos dieron la espalda. Sabag dijo que la planta de celulosa era un regalo que debíamos agradecer. Incluso hubo algunos que ni aparecieron, como Iván Mesías. No podíamos seguir con la Concertación, a la que

nosotros mismos elegimos sus parlamentarios y alcaldes".

¿Por qué sus candidatos no fueron como independientes o en alianza con la oposición de Izquierda, el Partido Humanista o Comunista?

"Para hacer efectiva nuestra amenaza de llegar a las alcaldías. Tenemos más posibilidades si vamos como independientes apadrinados por la Alianza por Chile que si

vamos solos. Respecto a los otros partidos, Humanista y Comunista, también son de la Concertación" (sic).

No, son partidos que están fuera del gobierno, también son oposición.

"No, ellos forman alianzas electorales, son la misma cosa".

El comité finalmente presentó cinco candidaturas: tres de RN, la de un independiente en la lista de RN (Moisés Ramírez), y una del PS.

No deja de sorprender la escasa presencia de la Izquierda en la defensa del Itata y los pequeños agricultores. Ramírez desconoce la existencia y posiciones de la Izquierda electoral, lo que deja a la vista la falta de trabajo de ella en los sectores campesinos de la región. Sin embargo, el discurso de Moisés Ramírez es muy similar al de la Izquierda. Pero será parte de una alianza política-electoral de la que los dueños del Proyecto Itata son máximos representantes.

El presidente del Comité de Defensa del Itata aclaró que las alianzas no son sólo electorales. "También nos hemos unido con mapuches para enfrentar a las empresas forestales. Son nuestros enemigos comunes. Visitamos a los mapuches y nos dimos cuenta que la misma Forestal Arauco les ha quitado las tierras, tala los bosques y los agrede físicamente".

Ramírez opina que existe un vacío en la Ley de Bases del Medio Ambiente. Al no existir una planificación territorial adecuada, cualquier persona puede solicitar instalar un proyecto donde estime conveniente, sin protegerse de antemano las actividades económicas, culturales y sociales que allí se desarrollan. Por ejemplo, en Francia las actividades forestal y vitivinícola están territorialmente separadas, dice.

La empresa está equivocada en querer instalar la planta allí. Su objetivo es forestar todo el valle con árboles para la celulosa. De esta manera, los actuales campesinos tendrían que emigrar a las ciudades y engrosar en las poblaciones callampas las altas cifras de cesantía, expresa Ramírez.

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