Mayo 1999: Barriendo la miseria. Mil familias desalojadas de un cerro

    Una de las tomas de terreno más grande que ha conocido Talcahuano fue desalojada el 3 y 4 de mayo por carabineros. Las 1.100 familias que realizaron esa toma en el cerro Macera no llegaron a acuerdo con el alcalde Leocán Portus (DC), para quedarse a vivir en esos terrenos. Después de un año, la fuerza policial exigió a los allegados que se retiraran con una orden judicial de desalojo.

Los pobladores fueron desalojados el primer día, y en el segundo, con camiones y maquinaria pesada, sacaron y destruyeron mediaguas, cercos, materiales y enseres de los pobladores. Algunos pudieron sacar sus pertenencias, otros las quemaron y varias familias no alcanzaron a sacar camas, muebles y alimentos. Este fue el segundo y definitivo intento de desalojo que se realizó junto con un decreto municipal de demolición, tras semanas de incertidumbre y negociación con el alcalde Leocán Portus y parlamentarios de la zona.

Las 1.100 familias estaban organizadas en tres comités formados según la fecha en que llegaron a ocupar el cerro Macera. Ubicado en el sector sur de la comuna de Talcahuano es un área poblacional de sectores medios y medios bajos.

La dueña del terreno. Rosario Parra de Macera, autorizó hace un año a unas ocho familias lideradas por Ricardo Esparza a ocupar parte del cerro. Esto lo supieron los más de diez mil allegados de Talcahuano, y dos grupos más se tomaron otros sectores del cerro. Uno de 200 familias, liderado por Juan Toledo, llegó hace cinco meses. El tercero de 700 familias estaba allí hace dos meses, dirigido por Ulises Guíñez. Entre tanto, el primer grupo también alcanzó a 200 familias.

La mayoría de los ocupantes eran hijos de quienes efectuaron tomas de terrenos en la década del 70, hoy son poblaciones constituidas en los alrededores del cerro Macera. Como no quedan espacios planos decidieron subir al cerro. También esperaban, como sus padres, comprar los sitios y construir sus casas.

Una de las primeras tomas en el sector sur de Talcahuano, más cercano a Concepción, fue el denominado Campamento Lenin, realizada entre 1971-1972 en un fundo de Carlos Macera de la Rosa. Agrupaba a unas 750 familias y fue una de las tomas más grandes. A partir de ésta surgieron otras, como Las Condes, Diego Portales, Patricio Lynch, Puerto Montt y 18 de Abril (esta última en 1979).

"No queremos que nos regalen nada", afirman los dirigentes. Desde que comenzaron la toma iniciaron conversaciones con la Inmobiliaria Dinahue, representante de Rosario Parra de Macera, propietaria y familiar del senador designado del Partido Radical y ex rector de la Universidad de Concepción, Augusto Parra.

La centenaria familia Macera es bien considerada en la comuna porque ha vendido los terrenos que ya no utiliza. Actualmente posee el fundo San Miguel -denominado cerro Macera-, y era dueña de los fundos Las Golondrinas, Dinahue y Peñuelas, entre otros. La mayoría de los descendientes de esa familia vive en Santiago.

Alcalde sin respuestas

    Tras cinco reuniones entre representantes del tercer grupo de ocupantes y la inmobiliaria, los sin casa ofrecieron 84 millones de pesos por las 45 hectáreas que ocupaban las 1.100 familias. La inmobiliaria estaba de acuerdo, pero había un problema: el terreno no es de uso habitacional. Está destinado para áreas verdes, según el plano regulador confeccionado por la municipalidad de Talcahuano. La empresa acordó vender el sitio a los allegados, pero siempre que éstos lograran el compromiso del alcalde Portus y los concejales de cambiar el destino de uso del suelo. El alcalde nunca estuvo de acuerdo y sólo algunos concejales apoyaron esa posibilidad.

Ulises Guíñez dice que desde hace años que el cerro Macera es área verde. Pero nunca se ha invertido un peso en plantar pasto, árboles o al menos limpiarlo. Tampoco tiene un uso de esparcimiento ni recreativo.

La municipalidad multó a la inmobiliaria por permitir familias en una propiedad no destinada a casas. Esto significó que la inmobiliaria exigiera judicialmente el desalojo para evitar más sanciones. Según los dirigentes de la toma, la propietaria del cerro se vio obligada a hacerlo por la presión del municipio y del Servicio de Salud. El alcalde Portus tampoco les propuso que se trasladaran a terrenos fiscales o municipales. Hubo muchos contactos con parlamentarios, concejales y la gobernadora provincial. Pero ninguno dio solución a este drama habitacional.

A nivel nacional la respuesta para los miles de allegados tampoco es otra. Aunque muchas familias tienen algunos recursos económicos para construir una casa digna, los subsidios del Estado no les llegan. "Llevo ocho años postulando y aún no me ha llegado nada. Me sacaron de los postulantes porque tenía televisor y refrigerador, y muy pocos niños", dijo el allegado Jorge Godoy. En tanto, el dirigente Juan Romero agregó que las políticas del gobierno no alcanzan a cubrir las necesidades reales de la gente.

"Este sitio y lo que tenemos lo consideramos nuestro hogar. Algunos llevaban un año acá", dice Ulises Guíñez. No hubo resistencia al desalojo policial. La lluvia pudo haber impedido una mejor organización. Por ahora, los sin casa seguirán negociando la compra del terreno.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Noviembre 2001: Cuando el Bío Bío suena... Inundaciones en Hualqui tras caída de muro de Ralco

Septiembre 2020: ¿Es posible que la izquierda gane la primera vuelta?

Enero 1994: “La paz es un proceso irreversible”